Muerte en traslado policial: la autopsia determinó “asfixia” pero esperan más estudios

Muerte en traslado policial: la autopsia determinó “asfixia” pero esperan más estudios

El esclarecimiento de la muerte de Ariel Alejandro Goyeneche sigue siendo una prioridad en la Fiscalía, teniendo en cuenta las circunstancias y el impacto público que ocasionó, y porque se trata de determinar si hubo responsabilidad policial o “causas naturales”. El episodio que comenzó con un “delirio” (un especialista dirá qué término corresponde) del muchacho al subirse al techo de un vecino porque decía que lo buscaban para matarlo, terminó en un traslado a la comisaría segunda de Paraná, muy exaltado, y su fallecimiento cuando intentaban contenerlo en el suelo.

Según se informó  la autopsia practicada en la Morgue Judicial de Oro Verde arrojó que la causa de la muerte fue asfixia. Ahora, el fiscal Laureano Dato esperará los resultados de varios estudios más que se solicitaron para determinar cuál fue la causa de esa asfixia: si fue traumática o no traumática; si fue por un problema de salud de la víctima (padecía asma), otra patología o condición de salud desconocida; o si fue la circunstancia de una compresión mientras los policías intentaban contenerlo. Está descartada una estrangulación, algo que hubiera surgido ineludiblemente en la autopsia.

Los estudios complementarios que se pidieron son: toxicológicos, que fueron solicitados al laboratorio de Gendarmería Nacional, para establecer si había sustancias en el cuerpo de Ariel que pudieran haber influido en su muerte; y de anatomía patológica, que realiza el laboratorio judicial especializado, que darán más precisión a lo que ocasionó la asfixia.

El muchacho de 38 años hacía mucho tiempo que sufría adicción a drogas, según confirmaron sus allegados. Esa noche habría consumido alguna sustancia, según él mismo habría dicho ante las preguntas de los policías.

Hay otras pruebas, como testimonios y videos. Por el momento, no ha surgido de estos datos concretos de agresión hacia Ariel Goyeneche por parte de los policías. Sí, la situación crítica por la situación emocional y mental en la que el muchacho se encontraba.

El fiscal le dio intervención a la Gendarmería Nacional para realizar las actuaciones y garantizar transparencia.

Los últimos minutos

Según lo que se ha informado sobre lo que hasta el momento se pudo reconstruir de lo sucedido, se sabe que Ariel se subió al techo de una casa ubicada en calle Piedrabuena, a las 5.15 de este lunes. El hombre que vive allí escuchó ruidos fuertes y salió a la vereda. Vio al desconocido en el techo y le decía que se fuera. El muchacho desde la altura le decía que no quería robarle, que se estaba escapando porque querían matarlo.

Pasaba por el lugar un móvil del 911 y el vecino los llamó. Los policías lo demoraron y Ariel les insistía en que lo seguían tres motos y cinco autos para matarlo. Estaba exaltado y nervioso.

Se dispuso el traslado para una identificación ante la posible apertura de una causa por “violación de domicilio”, como las que se hacen decenas por semanas. Le dijeron que iban a realizar este procedimiento y que por protocolo debían esposarlo. Ariel lo entendió y no se negó, aunque continuaba con su advertencia de lo que iba a ocurrirle no sólo a él, sino a todos.

El móvil de la comisaría segunda lo llevaba hacia esa dependencia. A metros de llegar, el patrullero se detuvo en el semáforo de calle Gualeguaychú y Belgrano. Mientras un suboficial le enviaba información por WhatsApp al oficial que estaba en la comisaría para que fuera adelantando la redacción del acta y la papelería para llevarlo a Antecedentes, Ariel se puso de espaldas contra la puerta, la abrió y se bajó.

Cruzó la calle y se metió en la Jefatura Departamental Paraná ubicada en esa esquina (a metros de la comisaría que está por Gualeguaychú). Lo sacaron y le pedían que se calmara. Continuaba exaltado, nervioso y agitado. Le preguntaban si había consumido algo, si debían trasladarlo al Hospital Escuela de Salud Mental o qué hacer. Lo subieron nuevamente al móvil que avanzó media cuadra y estacionó frente a la segunda, en la vereda de la dependencia (a la izquierda).

No lo podían bajar porque estaba aún muy exaltado. El vehículo se estacionó en frente. Ariel se empezó a sentir mal y decía que le faltaba el aire dentro del patrullero. Cuando le bajaban la ventanilla, rompió el vidrio de una patada. Lo bajaron y terminó en el suelo, donde no podían contenerlo. Lo sujetaron y se desvaneció. Ahí comenzaron las tareas de RCP. Llamaron a la ambulancia que tardó una eternidad en llegar ¿Habrá tenido chances de vivir con una atención médica de urgencia? Lo subieron y lo llevaron hasta el hospital San Martín (a cuatro cuadras) donde se informó que había fallecido.

Fuente: José Amado

Foto: Reporte 100.7